Lady Bird es una película dirigida y escrita por Greta Gerwig, protagonizada por Saoirse Ronan y ambientada el 2002 en Sacramento, California. Esta sigue la vida de Christine “Lady Bird” McPherson, una jóven que se encuentra en su último año de instituto y buscando su propio camino en la vida. La comedia dramática nos enseñará el paso de la adolescencia a la adultez de la protagonista y los problemas amorosos, familiares y la rebeldía que conlleva este proceso.
Siempre me han fascinado las películas o series que representan el paso de la adolescencia a la vida adulta, tanto en casos extremos como RAW o muy apegado a la realidad como en Everything Sucks!. Dentro de esta balanza, la jóven que pide que la llamen Lady Bird solo porque si se encontraría en lo cotidiano.
Entonces ¿Qué hace tan bueno a este largometraje y en qué se diferencia del resto?
En su fluidez, la forma del agua en que se desarrollan las cosas y la cercanía con el personaje principal. Esto debido a que los problemas que tiene con su madre, probablemente ya los hayas vivido.
Lady Bird es como cualquier adolescente: egocéntrica, inconforme, rebelde, entusiasta y con un exceso de confianza. Lo cual no está mal, es algo por lo que todos debemos pasar y eso es lo que el filme trata de decirnos. Esos típicos problemas en los que no pasa nada, pero lo sentimos TODO, la frustración de que algo no salga como quieras o el simple hecho de que tus padres te den un consejo que no deseabas.
La forma en que representan este proceso en el cual definimos nuestra identidad es maravilloso. El simple hecho de no saber cómo vestirnos, cómo comportarnos, con quién juntarnos, querer ser el centro de atención, tener siempre la razón y qué queremos ser en la vida. Todos estos factores son los que hacen de Christine a una chica única, humana e hilarante.
Lo más destacable del filme es la relación madre e hija. Esta relación de amor y odio que todos hemos sentido, lo que genera sentirnos identificados con una de las dos personajes. Marion, la mamá de Christine, es quien le “pone los pies en la tierra” a nuestra personaje. Tan realista que a veces puede ser cruel al decirle a su hija que no podrá cumplir su sueño de estudiar en Nueva York por falta de dinero. Lady Bird demuestra muy bien el saber que tus padres te aman, pero sentir que arruinan tu vida.
Hay una parte del largometraje en particular que quiero destacar: la del aeropuerto. Para mi esto lo fue TODO. Definitivamente, para mi, la mejor escena de despedida del 2017. La actuación de Laurie Metcalf, al igual que la dirección, son muy buenas. No hay diálogos, pero transmiten muchas emociones que podrían llegar a romper el corazón a más de uno.
Este filme lo recomiendo mucho para ver junto a sus madres, yo lo hice y fue una muy buena decisión. Uno puede llegar a comprender lo que pasa por la mente del otro al entender los conflictos por los que pasan madre e hija.
En definitiva, Lady Bird es una buena comedia dramática que representa de manera muy natural el proceso de maduración y el miedo a dejar un hijo partir. Uno de los mensajes de la película que deseo destacar es que a veces las cosas no terminan como desearíamos, y que eso está simplemente bien.
Los invito a ver este largometraje y recordar esa montaña rusa de emociones, incomprensión y dolor que pasamos cuando eramos adolescentes. También les dejo su tráiler por si aún no están convencidos de verla:
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