Quizás oyeron o leyeron de Okja por la polémica en la que estuvo envuelta.
El Festival de Cannes no quería que fuera exhibida en sus pantallas, debido a que estaba financiada por un servicio de streaming y no el típico cine clásico.
Como dice por ahí un meme de Malcolm in the Middle: “El futuro es hoy, ¿Oíste viejo Cannes?
Es entendible lo que exponían en su defensa, pero el cine se debe ir expandiendo y globalizando, la producción de Netflix -Que nadie más se había atrevido a financiar- es la muestra de cómo va avanzando la forma de hacer películas.
Bong Joon-ho, director de la cinta, busco en diversas productoras alguien que pudiera costear su idea, pero nadie lo quiso. Finalmente llego Netflix y Joon-ho se ha titulado como uno de los grandes plasmadores de ideas contemporáneos.
Si ya han visto algunos de sus trabajos previos (El Expreso del Miedo, The Host o Tokyo) sabrán que es un director que busca impregnar lo que piensa en sus cintas.
En Okja sucede esto. La historia comienza relatando que una mega empresa llamada Mirando, encuentra en Chile -Si, en Chile- un supercerdito en peligro de extinción, lo “salvan” y mandan ejemplares a diferentes partes del mundo para que sean criados durante 10 años.
Aquí es donde la cinta nos centra en los alrededores de Seúl, donde una pequeña niña llamada Mija y su abuelo, cuidan a Okja, la supercerdita que les había tocado a ellos y que, al pasar de los 10 años, se había convertido en la mejor amiga de Mija.
El punto de quiebre llega cuando Mirando, pide de vuelta a Okja, con fines de “altruismo”. Obviamente, esto es algo que no pasara y a Okja le espera un pésimo destino.
El viaje de Mija, le dejará a grandes enseñanzas y aprenderá el valor de la amistad, así también, como es el mundo fuera de su humilde grande en Corea del Sur.
La película está llena de mensajes anticapitalistas y pro animales, yo soy pro animal y vegetariano, pero sé que, aunque sean carnívoros, no se les nublara la visión para discernir tan bella obra con tantos mensajes.
Y ahí es donde entra Bong Joon-ho de nuevo, con su tarro de ideas y una brocha que la desplaza de arriba abajo, no solo en la historia, si no que en los personajes.
Debe ser uno de los pocos directores fuera de Estados Unidos, que logra burlarse y plasmar de gran manera los estereotipos americanos, con sus exageraciones y problemas de ideales.
Las grandes actuaciones de secundarios, como la camaleónica, Tilda Swinton en sus papeles de la CEO de Mirando, hasta el presentador de TV animalista que tiene problemas con si mismo interpretado por Jake Gyllenhaal, pasando por el grupo de animalistas que intenta liberar a Okja (Paul Dano, Steve Yeun y Lilly Collins).
Todos retratados de buena manera por Joon-ho, pero quien se roba la película es Seo Hyun, la joven actriz que da vida a Mija, logra una interpretación magnifica donde roza lo rebelde pero también la nobleza y el carisma de una niña.
La inclusión de todos ellos en la película hace que sea fácil de llevar, desde una risa a carcajadas, enfado por lo que sucede y la tristeza.
Okja, es una película animalista, que llega muy profundo, de una manera poco tradicional pero que logra entregar su mensaje, donde Joon-ho se sale con la suya.
Hay muchas cosas que analizar de esta película, desde sus hermosos paisajes, hasta la representación de cada plano, la reflexión, ironía y sátira.
Si tiene Netflix, reserve un tiempo para ver Okja, la película que querían censurar los puristas de Cannes y si no, todos tenemos un familiar o amigo, que pasa la cuenta de Netflix.
Danos tu opinión